Tras haber concursado con otras agencias europeas, el diseño de Adrián Pierini fue elegido por el equipo de marketing de Anheuser Busch InBev, ubicado en Bélgica, para aggiornar su etiqueta.
El nuevo layout rescata aquellos elementos visuales que resultan emblemáticos de la marca como el ícono de la llave, las frases que hacen referencia a su origen, medallas y sus característicos colores rojo y negro, simplificándolos y aplicándolos sobre un soporte metalizado que le aporta mayor modernidad y frescura.
Uno de los detalles más destacables del nuevo packaging es el aumento de protagonismo del logo y el ícono. Éste último se ubicó en la parte superior con el objetivo de glorificar la identidad de la marca, la cual es sinónimo de calidad y expertisse cervecero desde hace más de un siglo.
El proyecto duró más de un año de trabajo y fue testeado en países tan diversos como Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Italia y Rumania.
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